Vivo entre muchos libros y extraigo una gran parte de mis ganas de vivir del hecho de que aún leeré la mayoría de ellos. (Elias Canetti)

miércoles, 6 de junio de 2012

JOHN LANCHESTER. NOVELA FAMILIAR

Hola, buenos días. Bienvenidos como todos los miércoles a Todos los libros un libro, vuestra cita semanal con la lectura en Radio Universidad de Salamanca. Hoy os traigo un libro muy especial y de difícil clasificación, pues perteneciendo de manera obvia, como podréis comprobar, al género biográfico, e incluso autobiográfico, participa también, a mi entender, aunque en muy pequeña medida, de los rasgos de la ficción literaria. Se trata de Novela familiar, la última obra publicada en España del excelente novelista John Lanchester. El libro ha sido editado por Anagrama en traducción de Aleix Montoto, que hace que las voces literarias suenen en un bastante aceptable castellano, en el que, pese a todo, se han deslizado algunos catalanismos recurrentes.

He estado a punto de calificar, hace un momento, al referirme a él, a John Lanchester de escritor inglés, pero siendo indudablemente un autor que utiliza la lengua inglesa en todas sus publicaciones, su trayectoria personal y profesional lo convierte en un autor cosmopolita. Con raíces familiares en Irlanda, nacido, casi por azar, en Hamburgo, crecido y educado en Calcuta, Hong Kong, Brunei, Rangún, estudiante universitario en Oxford, casado en Estados Unidos, John Lanchester es un escritor formidable, que se ha desenvuelto en géneros muy diversos, reseñista de libros, autor de necrológicas, periodista deportivo, crítico gastronómico… antes de desembocar en la novela, en la que nos ha dejado, que yo conozca, dos grandes obras, que también os recomiendo, En deuda con el placer y, sobre todo, El puerto de los aromas, esta última ambientada en un Hong Kong maravillosamente recreado, no en vano la antigua colonia inglesa ocupa un lugar destacado en su propia peripecia vital.

Novela familiar no es, como digo, en realidad, una novela, más que en un sentido muy amplio del término. John Lanchester nos cuenta, con amplio apoyo documental (cartas, fotografías y algún otro escrito, que se incorporan al volumen), la historia de su propia familia, retrotrayéndose al pasado de dos generaciones de ambas ramas familiares, la paterna y la materna, sobre todo ésta última. Las vidas de los progenitores del autor son, fueron, unas vidas fascinantes, llenas de vicisitudes, plenas de peripecias, trufadas de avatares a cual más sorprendente, y, sobre todo, permeadas por algunos secretos esenciales, cuyo tardío descubrimiento por parte del hijo, del propio John Lanchester, constituye el núcleo generador que hace avanzar el libro. Y es precisamente la existencia de estos secretos, sobre todo en la vida de la madre, y la investigación, podríamos llamar, que hace el hijo para reconstruir una existencia que hasta entonces se había mostrado sino opaca, sí parcialmente velada, lo que acerca el libro a su condición novelística. Porque en esa indagación de las raíces de su propia vida y de la de sus padres, Lanchester se ve obligado, forzosamente, a inventar, o al menos a imaginar (y ficcionar, por tanto), una realidad que para él, pese a la profusión documental, pese a la cantidad de información que llegó a manejar, era desconocida.

La madre, el personaje central y más poderoso de la novela, es, sucesivamente, Julia Gunningan, nacida en una pequeña aldea irlandesa, la hermana Eucharia, monja recluida en un algo siniestro convento y misionera en los coloristas territorios de la India colonial, Shivaun Cunninghaam, o B.T.J. Lanchester, algunas de sus personalidades literarias, o, por fin, Julia Lanchester, tal y como la conoció su hijo. Todos estos personajes encubren a una misma mujer, de ahí la pertinencia del término avatar: son apariencias que desfilan a lo largo de su vida, formando un friso algo misterioso y muy sugestivo que encierra un enigmático secreto cuyo significado último el propio autor pretende desentrañar.

También el padre, Bill, ofrece una historia singular: nacido en África, criado allí y en Hong Kong, educado en Australia, alejado de sus propios padres. Soldado del ejército australiano, británico que apenas había pisado el Reino Unido hasta una etapa relativamente tardía de su vida, alto directivo de banca en Hamburgo y en diversos lugares de Asia… siempre a más de diez mil kilómetros de lo que, supuestamente, era su patria inglesa.

Y a la potencia literaria intrínseca a esas dos vidas especialísimas se une, para conformar una narración formidable, la ambientación en mil y un lugares pintorescos, tocados por el aura de exotismo; la recreación, como fondo de la historia, como escenario en el que se desenvuelve la novela, de una época decisiva para el mundo, los dos primeros tercios del siglo pasado; la profundidad de la reflexión íntima del narrador; el sutil análisis psicológico de las personalidades de ambos progenitores y de la suya propia; y tantos otros logros de este libro, como os digo, excelente y que os recomiendo muy vivamente. 

Os dejo ya con el comienzo de la novela, unas frases iniciales que envuelven algunas de las claves del libro. Antes, música de la India, claro está, para mantener el colorido que desprende la ambientación del relato. Asha Bhosle, la gran diva del gigante asiático, interpreta The way you dream junto a Michael Stipe (me asalta la sospecha, que ahora no tengo tiempo para comprobar, de haberos ofrecido el mismo vídeo en alguna otra ocasión) en ese magnífico proyecto cultural -no sólo centrado en la música- que es One Giant Leap.


Una de las cosas más famosas jamás escritas sobre la vida de las familias es la frase inicial de Anna Karenina: Todas las familias felices se parecen unas a otras, cada familia infeliz lo es a su manera. Es una línea espléndida, tan grandilocuente y rimbombante que nos resulta fácil no darnos cuenta de que no es verdad. Parte de su falsedad reside en el hecho de que las familias felices no son especialmente similares, del mismo modo que las infelices no son tan diferentes. Sin embargo, en un nivel más profundo, la falsedad reside en la idea de que una familia es feliz o infeliz. En realidad, la vida, la vida de las familias, no es tan sencilla. La mayoría de las familias son las dos cosas, felices e infelices, con frecuencia intensamente, y con frecuencia al mismo tiempo. La sensación de seguridad puede que sea sensación de estar atrapado; los placeres de la rutina pueden ser tedio asfixiante; el imprevisible humor de los padres, desesperante e impropio infantilismo; y en muchos casos, el sentimiento es simultáneo. De niño yo fui tanto feliz como infeliz, del mismo modo que mis padres fueron tanto felices como infelices, y del mismo modo que le ocurre a casi todo el mundo.

Otro aspecto en el que nuestra familia se parecía a las de los demás era que teníamos secretos. Todas las familias tienen secretos. A veces son del tipo de secretos que la familia esconde a los desconocidos; a veces de los que una familia se esconde a sí misma; y otras de esos cuya existencia nadie admite conscientemente. Pero casi siempre están ahí. La gente tiene una profunda necesidad de secretos. La cuestión es qué hacer con ellos y sobre ellos, y cuándo contarlos.

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