Vivo entre muchos libros y extraigo una gran parte de mis ganas de vivir del hecho de que aún leeré la mayoría de ellos. (Elias Canetti)

miércoles, 22 de mayo de 2013

MARY ANN SHAFFER Y ANNIE BARROWS. LA SOCIEDAD LITERARIA Y EL PASTEL DE PIEL DE PATATA DE GUERNSEY

Hola, buenos días. Bienvenidos una semana más a Todos los libros un libro, el espacio de recomendaciones literarias de Radio Universidad de Salamanca. Esta mañana os traigo una novela que no es, ciertamente, una obra maestra de la literatura, aunque, a mi juicio, sí se trata de un libro estimable, original y bien escrito, con un argumento muy interesante, basado en parte en hechos históricos para mí hasta ahora desconocidos, un libro muy entretenido, fácil de leer, y lo digo como elogio, un libro, en suma, mucho más que digno al que merece la pena dedicar nuestra atención. Si a ello le añadimos el que en sus numerosas ediciones en muy diversas lenguas ha cosechado un éxito extraordinario, entenderéis que hoy quiera recomendaros su lectura. El título de la novela es algo extenso y peculiar, de modo que resulta de muy fácil identificación si os acercáis a una librería en su procura. Se trata de La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey, siendo su autora la norteamericana Mary Ann Shaffer, aunque la redacción definitiva del texto correspondió, tras su muerte en 2008, a su sobrina Annie Barrows. El libro, firmado por ambas, ha sido publicado por la editorial RBA en traducción de Sandra Campos. Y girando su trama, como tendréis ocasión de comprobar, sobre la lectura y sus placeres, su presencia en nuestro espacio cuando está tan reciente aún el recuerdo de la Feria del Libro en nuestra ciudad resulta especialmente oportuna.
 
En la segunda guerra mundial, la islas del Canal de la Mancha, entre ellas la de Guernsey en la que se desenvuelve la acción de la novela y que figura en su título, fueron ocupadas por el ejército nazi que, tras conquistar Francia, se disponía al asalto de Gran Bretaña. La circunstancias en las que tuvo lugar la invasión de las pequeñas islas, el territorio británico más cercano al continente europeo, forman parte de esa pequeña historia que no suele ocupar ni siquiera un renglón en los libros de texto, en los tratados de Historia con mayúsculas, en los relatos oficiales sobre las gestas bélicas, sobre los grandes movimientos de tropas, sobre las estrategias militares decisivas, pero que, al igual que cualquier otro acontecimiento que toca a la vida de las gentes, y más cuando se desarrolla en medio de una contienda atroz, son esenciales, al menos para las existencias de quienes las viven, para unas vidas que desde un hecho así, la súbita irrupción en sus rutinas cotidianas de un ejército enemigo, ven cambiadas para siempre las coordenadas a las que se ajustaba su acostumbrado habitar en el mundo.
 
Tras un encuentro casual con los vigilantes del ejército alemán, una noche, en pleno toque de queda, algunos isleños, para huir del más que previsible castigo por no respetar la imposición que les exigía permanecer encerrados en sus casas, inventan sobre la marcha la existencia de un supuesto club de lectura de nombre estrambótico, repentizado espontáneamente entre el nerviosismo del momento: La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey. A partir de ese hecho inaugural, y obligados por la necesidad de mantener la ficción urdida en aquella noche aciaga, deciden constituir efectivamente un círculo de lectura. Algunos de los más representativos pobladores del lugar, sin ningún vínculo previo que los uniera a la literatura, sin ninguna capacidad ni hábito lectores, empiezan a adentrarse, de un modo algo estrafalario y singular, autodidacta e improvisado, en el universo de los libros.
 
Terminada la guerra, en 1946 -la novela se desarrolla a lo largo de nueve meses, entre enero y septiembre de ese año-, una escritora de un relativo éxito, Juliet Ashton, entra en contacto por casualidad con algunos de los lugareños de Guernsey, empieza a interesarse por sus personalidades, primero, por la singular sociedad constituida para burlar a los nazis, después, y, más adelante, por la historia, trágica, conmovedora y humanísima que había tenido lugar en la isla durante la terrible contienda mundial.
 
Narrada a través de una estructura epistolar, pues la novela se organiza a partir de una sucesión de cartas que se cruzan los distintos personajes, La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey ofrece muchos puntos de interés: el meramente histórico, que nos permitirá conocer un fragmento casi ignorado de la segunda guerra mundial; el humano, con una serie de personajes entrañables, que rebosan ternura y encanto, a los que inevitablemente se coge cariño; el literario, con la presencia de algunas obras significativas de la literatura universal que, junto a otras de menor calado o directamente paupérrimas, escogen para sus lecturas los miembros de la comunidad ‘ilustrada’ de la isla; el moral, con la reivindicación, siempre en voz baja y sin molestos énfasis, de los valores humanísticos más genuinos, la amistad, la sencillez, la solidaridad, la convivencia pacífica, la entrega a los demás…
 
Leed esta muy agradable novela que, como os digo, no pasará a la historia de la literatura, pero sí os hará reflexionar, enterneceros, disfrutar… Y no es poco, en estos tiempos de basura televisiva, de zafiedad ‘ambiental’, de obsceno dinero y rudo comercio y negocios sucios y crisis… encontrarse una pequeña obrita deliciosa que nos permita alejarnos del ruido mundano y alojarnos, por unas horas, en el territorio espléndido de las buenas intenciones y las historias amables y los personajes positivos.
 
Buscando canciones vinculadas, aunque fuera indirectamente, al universo literario, he encontrado esta Librarian, de My Morning Jacket, en la que el protagonista flirtea entre libros con una atractiva bibliotecaria. Con su escucha nos despedimos hasta dentro de siete días.
 
 
Estimada señorita Ashton. Me llamo Dawsey Adams y vivo en una granja en la parroquia de St. Martin’s Parish en Guernsey. La conozco porque tengo un viejo libro que una vez le perteneció, Ensayos escogidos de Elia, de un autor que en la vida real se llamaba Charles Lamb. Encontré su nombre y dirección escritos en la cubierta interior del libro.
 
Seré claro: me encanta Charles Lamb. El libro dice Ensayos escogidos, así que supongo que debe de haber escrito otras cosas entre las que escoger. Me gustaría leerlo, pero a pesar de que los alemanes ya se han ido, no ha quedado ni una librería en Guernsey.
 
Querría pedirle un favor. ¿Puede mandarme el nombre y la dirección de alguna librería de Londres? Me gustaría pedir por correo más libros de Charles Lamb. También querría preguntar si alguien ha escrito alguna vez la historia de su vida, y si lo han hecho, si me pueden mandar un ejemplar. Debido a su brillante y aguda inteligencia, creo que el señor Lamb debe de haber tenido una vida muy triste.
 
Charles Lamb me hizo reír durante la Ocupación alemana, sobre todo cuando escribió eso del cerdo asado. La Sociedad Literaria y el Pastel de Piel de Patata de Guernsey nació por un cerdo asado que tuvimos que esconder de los soldados alemanes, así que me siento cercano al señor Lamb.
 
Siento molestarla, pero todavía lo sentiría más si no conociera nada de él, ya que su obra me ha hecho considerarle amigo mío.
 
Espero no haberla molestado. Dawsey Adams

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Poco más que añadir: Es una historia interesante,está dignamente escrita aunque sea a cuatro manos y te contagia unas ganas de visitar St Peter´s POrt en Guernsey y recorrer los sitios donde transcurre lo relatado que ya hay allí (y en Google) un mapa que cubre el recorrido para los lectores entusiastas de esta novela sumamente deliciosa. No la dejéis de leer. Es un viaje que preparé con mimo en el 2010 siguiendo la estela de esta historia...

Alberto San Segundo dijo...

Gracias por el comentario...

¡¡¡Qué envidia, viajar siguiendo el rastro de un libro!!! ¡¡¡Cuánto tiempo hace de la última vez que me lancé a una "aventura" así!!!

Un saludo