Vivo entre muchos libros y extraigo una gran parte de mis ganas de vivir del hecho de que aún leeré la mayoría de ellos. (Elias Canetti)

miércoles, 2 de noviembre de 2011

ANNE-MARIE GARAT. EN MANOS DEL DIABLO

Hola, buenos días. Sed bienvenidos, un miércoles más, a Todos los libros un libro, el espacio de recomendaciones literarias en Radio Universidad de Salamanca. Hoy, mi siempre complicada tarea, ésa que me exige reunir en unos escasos minutos algunos argumentos sustanciosos para convenceros de la bondad de un libro e induciros a su lectura, se revela mucho más difícil de lo habitual, pues ¿cómo resumir en un tiempo forzosamente breve, una obra que supera las mil trescientas páginas? De modo que aceptad desde el principio mi limitación, sed benevolentes conmigo y sabed que la maravilla de la novela de la que voy a hablaros excede con mucho lo reducido y vago y esquemático y pobre de mis palabras. El libro, el formidable, intenso, apasionante, emotivo, desmesurado, extraordinario libro que hoy quiero presentaros, lleva por título En manos del diablo, su autora es la muy conocida en Francia -menos en nuestro país- Anne-Marie Garat, y ha sido publicado, en traducción de Manuel Serrat Crespo, por La otra orilla, un sello editorial del barcelonés Grupo editorial Norma.

Inútil intentar, vuelvo a insistir, una mera aproximación a la infinidad de temas, a la multiplicidad de planos, a la variedad y riqueza de los personajes, a la complejidad e imbricación de las tramas, a la cantidad de referencias literarias -singularmente Émile Zola y los folletines decimonónicos-, a la proliferación de citas artísticas, culturales, históricas, a la diversidad de escenarios, una rural y provinciana Mesnil y también París y Venecia y hasta la intrincada selva de Birmania, a la muy precisa, naturalista y necesariamente documentada descripción de paisajes y ambientes, del mobiliario, de las vestimentas, de los hogares familiares, de las opulentas estancias burguesas y de los austeros aposentos de la servidumbre, de la atmósfera de calles y cafés, que contiene esta novela desbordante. Tarea imposible. En algunas críticas que he leído sobre el libro se habla de una novela-río. Y, efectivamente, En manos del diablo es un río, un Amazonas desbocado que fluye torrencial, llevando en su seno historias, aventuras, intrigas, acontecimientos, personajes, vida. Aun más, el libro supera la pobre, aunque sea amazónica, imagen de un río, es un mar, un inmenso mar que contiene íntegra la existencia. Viene a mi mente ahora otra metáfora, quizá recordéis la frase de Stendhal según la cual la novela es un espejo al borde del camino que refleja la vida que pasa por él. Contar historias de la vida. Las necesitamos como el pan que comemos, se lee en un momento de la novela. Pero, a mi juicio, En manos del diablo es más que eso, permitidme que exagere un poco, no se limita a dar cuenta de la vida, es la propia vida, un retazo de vida, un año de la vida de su protagonista, que inunda, que llena nuestra propia realidad durante unas cuantas semanas, las que necesitamos para abordar un texto así.

En manos del diablo tiene como protagonista principal, sobre la que giran las múltiples peripecias de la novela, a Gabrielle Demachy, una joven de origen húngaro pero de nacionalidad francesa, una joven admirable, encantadora, decidida, valiente, muy bella, inteligente, sensible, una de esas heroínas de novela de la que los lectores se enamoran inexorablemente, yo así lo he hecho, sin dificultad alguna, dócilmente, dejándome llevar por la firme voluntad y la experta maestría de su creadora. Durante un año, durante tan sólo un año, entre septiembre de 1913 y agosto de 1914, el libro sigue con minuciosidad, con detalle, con precisión, con atención, los pasos de la vida de esta joven, asistimos con cercanía y proximidad extremas al acontecer de su existencia, una existencia excepcional, tanto desde el punto de vista íntimo, de su deslumbrante personalidad, de su radiante y honda psicología, como desde un punto de vista externo, el que se refiere a los singulares acontecimientos en los que se ve envuelta, pobre peonza entre las desmesuradas fuerzas que zarandean a la humanidad entera en esa desdichada y a la vez fascinante época, preludio de la primera guerra mundial.

En síntesis, la novela narra la búsqueda que hace Gabrielle de su primo y prometido, el joven húngaro Endre Luckácz, desaparecido en circunstancias oscuras cinco años atrás después de un viaje a Birmania, y de cuya muerte es informada la protagonista en las primeras páginas del libro. Entonces, Gabrielle se hace contratar como institutriz de la pequeña Millie en el muy burgués hogar de los Bertin-Galay, prósperos fabricantes de galletas, pues el hijo mayor de la familia, el científico Pierre, padre de Millie, parece estar relacionado con las últimas apariciones de Endre en la densa y misteriosa selva birmana. A partir de ese hecho se desarrolla la trama que abarca todos, digo bien, todos los extremos de la vida humana: exilios, vagabundeos, amores y ternuras y deseos, pasiones, traiciones, secretos de estado, descubrimientos, pesquisas, asesinatos, espionajes, guerras, intrigas, celos, asuntos de familia, fratrías, filiaciones, la compleja profundidad de las investigaciones científicas, de los avances médicos, las bajezas de la política, la miseria y la gloria del periodismo, el feminismo incipiente, los movimientos obreros, la crónica social, el despegar del cine como medio de diversión y también de conocimiento, los cambios tecnológicos y el nacimiento de una nueva sociedad, la irracional creencia en el progreso... nada de lo humano le resulta ajeno a Anne-Marie Garat; pero no sólo lo humano, están también los cantos de los pájaros y los rumores del viento, el rugir de las tormentas, la implacable persistencia de la lluvia, el paso demorado de las estaciones, la inmensa variedad de los árboles y las flores, los animales, la naturaleza entera. Todo está en este En manos del diablo, lo bello y noble y lo depravado y maligno, lo sucio y lo sublime, lo explícito y lo oculto, la verdad y las mentiras… todo. Y por detrás de este inmenso fresco de la vida humana, como marco de referencia, la primera guerra mundial que constituye el trasfondo de la novela, la guerra como símbolo, como emblema de una más grande amenaza latente, el mal que rige el mundo. Todos estaban en manos del diablo, expresa Gabrielle en un momento de su desgarrado existir. El ser humano, nadando desvalido, acosado por monstruosos Leviatanes -permitidme que persista en la metáfora- en el embravecido mar de una existencia inexplicable y absurda.

Os dejo con un fragmento del libro que alude a este deambular de la humanidad en una vida que no entiende, igual que los personajes de la novela, zarandeados por un destino casi siempre fatal. Recordad: En manos del diablo. Anne-Marie Garat. Editorial La otra orilla. No os lo perdáis. Confío igualmente en que os guste la sugerencia musical que he elegido como complemento al libro reseñado. Se trata, obviamente, hablando del diablo, de Simpathy for the devil, de los Rolling Stones. Hasta dentro de siete días.

Aquí o allá, a escalas de magnitud y distancia variables, en ese tiempo rápido y lento de la noche que ha invadido la ciudad y la campiña, estas indecisas siluetas y otras muchas se agitan, van y vienen, duermen o velan, especulan y esperan, o lo fingen, aman, odian, maldicen y adoran temibles objetos, arrobadores o funestos, movidas por la pasión, los tormentos, el rabioso deseo de poseer, de dar, el orgullo, la codicia, pobladas por temibles secretos y deseos iluminadores, rodeadas de los fantasmas que su memoria encarna. Son vivas y reales, tanto como la realidad de los sueños, de las novelas, y si hay un vínculo entre ellas, si sus trayectorias se cruzan ya, se imantan como la atracción fatal de los corpúsculos que van de un lado a otro bajo el microscopio, o de los astros lejanos que parpadean en el cielo de esta noche, no lo saben aún, arrastradas por el instante, cada cual sobre las enigmáticas vías de su destino. ¿Qué es entonces su encuentro? ¿El accidente deslumbrador de las colisiones o la lenta, muy lenta aproximación? ¿Qué reserva el azar o la necesidad de las historias?


1 comentario:

Anónimo dijo...

He leído en manos del diablo y me gusto mucho, también lei el segundo nacida de las tinieblas, los dos me gustaron mucho, pero ahora me encuentro , que el tercer volumen no lo encuentro traducido al español.Aver si alguien se anima y lo traducen. POR CIERTO EL COMENTARIO MUY BUENO"GRACIAS POR COMENTARLO"(momi6059)